Frutas de
JUDIBANA
infusion- shot- frutas decoracion de cockteles con
COCUY PECAYERO
Arte,
Ciencia y Tradición.
100%
autentico 100% agave
“FRUTAS DE JUDIBANA ”
DEL CUCUI DE PENCA PECAYERO
Judibana, líder
de los Caquetíos, con valor y dignidad se enfrenta en un diálogo con el factor
del rey Juan de Ampíes, Le acompañan su padre, el cacique Manaure, su esposo
Hurehurebo, cacique de Paraguaná y Ayuramí, su hermana. El fruto de este
encuentro son las palabras que dibujan la pena y la indignación, la respuesta es
finalmente un silencio eterno.
Frutas de Judibana
- Infusión JuDIBANA-
- shot JUDIVANO-
Ingredientes:
Melón , piña , patilla, flores de cardón (cualquier fruta de su
preferencia con pulpa fija )
Saca bolas o cuchara parisina
Media Botella de cocuy
½ taza de papelón
Una taza de pulpa de parchita
Jarra con tapa fija para hacer infusiones
Para hacer las
FRUTAS DE JUDIBANA es muy fácil , Para comenzar,
cortamos las frutas en bolitas con el saca bolas, una vez listas las colocamos
en la jarra con EL COCUY
PECAYERO la flores de cardones y la
dejamos por una semana, como resultado obtendrán una infusión espectacular,
rica en sabor y artesanal, las pueden usar para los cocteles que las llevan (necesario
para otras recetas ),
o se pueden servir un shot de la infusión
o un
JUDIbANO
1 shot de la infusión de cocuy con
las frutas,
o se cuela y se le sacan las frutas y las rebanan en tiras o cuadritos y las colocamos en una bandeja refractaria, ….El
uso del horno. Para ello, colocamos la bandeja con las rodajas de frutas o
cuadritos y las calentamos a baja temperatura, por una hora dando vuelta de vez
en cuando. Se debe controlar a menudo para que no se quemen. El tiempo varía
con cada fruta y la cantidad de cocuy que posean y como resultado ya tienen
lista – Decoraciones para los cocteles
las Frutas de JEDIBANA
El cocuy lo dejan en la jarra y empiezan
el ciclo de nuevo con más frutas.
Entonces conseguimos la Infusión,
las frutas de Judibana y el shot JUDIBANO
Chef Carlos La Cruz
Historia de la India Judibana
Día 704, 15:34
•
Publicado en
Venezuela Venezuela
•
por "Rhonald
Hernandez"
Judibana debe su
nombre a la india Judibana, esta es su historia: Fue el asalto de los piratas
españoles a la vivienda y propiedades del valiente Hurehurebo, Cacique de
Paraguaná, y su esposa Judibana, suceso señalado por varios historiadores de
aquellas épocas e idealizado, a través de más de 430 años, por la leyenda oral
o escrita. Judibana, guaricha muy bella e inteligente, era hija de Manaure, el
Diao. Tal asalto cobra singular importancia porque origina el vínculo inicial
entre Manaure y el aragonés, Juan de Ampíes, Factor de la Hacienda Real en
Tierra Firme, residenciado en Santo Domingo. Supuestamente, los hechos
ocurrieron así:
Avisado Manaure de
que se preparaba por los Taques una invasión de hombres blancos y se tenía
proyectado destruir la vivienda del Cacique Hurehurebo, envió a su hermana
Ayuramí a objeto de prevenir a éste. Inmediatamente de recibir el aviso, el
joven Cacique tomó precauciones dispersando a los numerosos indios caquetios
que residían o trabajaban en el gran conuco de su propiedad y junto con él
cultivaban los sembradíos. En el rancho sólo quedaron Hurehurebo, Judibana,
Ayuramí, varias mujeres y 20 arqueros muy dispuestos para la defensa. Mas a
media noche una fuerte descarga de mosquetes les despertó a todos. El combate
fue violento: bombas incendiarias acompañaban la lluvia de plomo que enviaban
los mosqueteros y eran correspondidos con igual fiereza por las veloces flechas
de los arqueros indígenas, quienes rodilla en tierra combatían heroicamente,
aún con plena conciencia de su limitada capacidad de rechazo ante la temible
fuerza de los salteadores. En el fragor de la lucha Judibana fue herida en una
pierna, tal hecho despertó aún más a Hurehurebo y los suyos. La vivienda de
madera, maures y paja, envuelta en llamas fue totalmente destruida. Varios
arqueros pudieron huir por el monte; otros quedaron allí tendidos, muertos o
heridos de gravedad, pero los pillos depredadores lograron capturar a unos
cuantos, los que se encontraban más próximos a Judibana, entre ellos Hurehurebo
y Ayurami. Los prisioneros incluso la guaricha sangrante, pero altiva e
indómita, fueron llevados a Santo Domingo con el propósito de ofrecerlos en venta
en un Mercado de Esclavos.
Pero la noticia llegó
a conocimiento del magnánimo factor, quien rescató a los cautivos pagando el
precio estipulado en el Mercado, y luego demandó a los autores de la fechoría y
logró que los Oidores fallaran a su favor. Según el Dr. Pedro Manuel Arcaya,
fue a petición de Ampíes que el Rey libró una Cédula Real en 1526 la cual entre
otras cosas, dice: “Mandamos que ninguna, ni algunas personas no vayan con
armadas ni en otra manera a las dichas islas, ni tocar en ellas sin licencia
vuestra, su pena de muerte y de pedimentos de sus bienes”. Está claro que las
Bulas y Cédulas Reales de los tiempos de la conquista estaban sujetas a
diversas interpretaciones, así siempre negativas para los aborígenes; pero en
este caso podía ser un freno para amedrentar a los piratas.
Llevados los
prisioneros a la residencia personal del señor factor, donde habitaba éste con
su esposa Doña Florencia de Ávila, sus hijos Juan Antonio y María y el esposo
de ésta Lázaro Bejarano, fueron tratados como amigos y con la categoría que les
correspondía. Mientras a Judibana le curaban la herida de la pierna, a todos le
enseñaban el idioma castellano y la religión católica. También se les dotó de
vestidos a la usanza europea. Posteriormente fueron bautizados: a Hurehurebo se
le llamó Fernán García; a Judibana, Juana Manaure de García y a Ayuramí se le
dio el nombre de Teresa Manaure. Igualmente todos los indios que les
acompañaban recibieron, con el bautismo, nuevos nombres. En ceremonia católica
se efectuó la boda de Judibana y su marido.
Un ilustre biznieto
de Jhon Hill---aquél héroe de la Legión Británica que en el 1821 participó en
la gloriosa Batalla de Carabobo y después vino a sembrar en sangre en
Paraguaná---nuestro historiador Aníbal Hill Peña, escribe sobre Hurehurebo:
“Citado con fervor por Juan de Castellanos en sus “Elegías”, y asimismo en la
prosa sesuda de Pedro Manuel Arcaya, la figura heroica de Hurehurebo, el indio
principal o Cacique de Paraguaná es, simplemente, signo de rebeldía y consigna luminosa
del más puro nacionalismo”.
Varios meses habían
transcurrido después de los sucesos narrados, cuando Ampiés devolvió sus
jóvenes huéspedes a Coro con el encargo de echar las bases para un
entendimiento cordial con el gran Cacique Manaure. Es así que Judibana, la
heroína de los Taques, junto con su marido fue quien preparó los ánimos para
una alianza que, de no sucederse circunstancias posteriores adversas-–como fue
la llegada con los comerciantes alemanes—pudo llevar a Venezuela un
indio-hispanismo por rumbos más fecundos y menos dolorosos que los conocidos
por la historia. Especialmente fueron las gestiones de Judibana las que
culminaron el 26 de julio de 1527 bajo la Cruz de Cují de San Clemente.
Judibana emerge,
clara y radiante, en el umbral de la Historia, por entre las brumas y
disolvencias de la Prehistoria. Es la bella y luminosa visión épica de la mujer
excelsa, nimbada de gloria, que a sangre y fuego, con excepcional coraje,
defiende el honor de su pueblo amenazado por la invasión de hombres feroces
venidos de lejanos y distantes mundos.
Su figura es un
símbolo de la Venezuela vestal, primitiva, incontaminada, recia, digna. Y
también ella simboliza lo mejor de la alianza con la raza hispánica: Judibana,
la recia combatiente de la noche del asalto en Los Taque, es ahora el puente
humano, la voz de la comprensión, de la paz, del progreso.
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